CAFEÍNA
UNA SUBSTANCIA ESTIMULANTE
UNA SUBSTANCIA ESTIMULANTE
BASTANTE
CONSUMIDA
Del uso al mal uso
Este post se destina a personas
comunes.
No se destina a especialistas en la
materia.
Versión
del
texto en
Castellano hecha por
Miguel Salaverría
Traductor Intérprete
Lisboa – Portugal
En
las Azores hay café.
Conocí
la plantación en Fajã dos Vimes, en la isla de São Jorge, hace alrededor de una
decena de años, ya al caer del día después de sesión con el Maletín de
Prevención en el Centro de Salud de Calheta.
Tengo
un cafetero desde 2005 que traje de São Roque, isla do Pico, ofrecido por la
colega Dr.ª Mercês Maciel.
Compartir
lo que se hace de útil es una forma de reconocer y agradecer a quien nos ha
ayudado y enseñado.
Leer
y aprender es una forma de poder venir a compartir la calidad de lo que se ha
aprendido.
Aquí
puede leer el contenido de uno de los programas “Causas Públicas –
Dependencias”, emitido por la cadena RTP Antena 1, los miércoles y que hice con
Filomena Crespo, regularmente de 2007 a 2013.
El
contenido de este episodio dedicado a la cafeína, fue emitido en Mayo de 2012.
CAFEÍNA
UNA SUBSTANCIA ESTIMULANTE
BASTANTE CONSUMIDA
Del uso al mal uso
Cuando
pensamos en cafeína pensamos en un estimulante y pensamos en las personas que
toman café. Pero hay mucho más consumidores de cafeína, consumidores de todas
las edades. ¿Qué cuidados se justifican con esta substancia?
Cafetero en tiesto con frutos Cereza madurando Lisboa Diciembre 2011. |
La
cafeína es la substancia psicoactiva más consumida por más gente en todo el
mundo. En nuestra cultura es muy habitual su uso.
La
cafeína es una xantina alcaloide, que existe en diversas plantas nombradamente
en los granos o semillas del cafetero, la planta del café y que también existe
en la planta del cacao.
Pero
la cafeína existe también en las hojas del té y en los frutos de la guaraná y
en la nuez de cola. Y la cafeína también es consumida asociada a los
refrigerantes, que contienen cola. Y atendiendo a sus efectos estimulantes del
Sistema Nervioso Central, también es consumida en diversos medicamentos.
Curiosamente,
la cafeína también puede ser usada como un pesticida natural.
¿Podemos
decir que todas las personas consumen cafeína o hay quien nunca consuma
cafeína? Es difícil encontrar quien nunca haya consumido cafeína.
Tómese
en cuenta que el cacao contiene cafeína y que el chocolate es hecho con cacao.
¿Conocemos a alguien que nunca haya bebido o mordido un chocolate?
El
té negro también contiene cafeína, la guaraná también, el té mate, hierva mate,
también
Es
evidente que el café, esa bebida estimulante que diariamente es consumida por
tantas personas en los ambientes urbanos y en los ambientes rurales, es la
forma más usual de consumir cafeína. La forma de consumo y las cantidades
consumidas no son iguales.
Cafetero con frutos maduros: cerezas. Lisboa Mayo de 2014.
1 cereza tiene 2 semillas, granos de café.
Planta proveniente de las Azores, São Roque, Isla do Pico.
Cortesía de la Drª Mercês Maciel.
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Un
café expreso puede contener cerca de 100 mg de cafeína, una taza de té puede
tener más de 40 mg, una bebida con cola cerca de 40 mg y un chocolate negro de
100 g puede tener más de 30 mg.
Hay
quien consuma por placer y hay quien consuma por necesidad, pero para la
mayoría de las personas el uso de cafeína no constituye un problema.
En
el ámbito social, hay quien use el café para socializar, para confraternizar.
En
el plano individual hay quien use la cafeína como estimulante diario, quien
consuma para despertar, para estimular la atención, o para aliviar el cansancio
y la soñolencia.
El
consumo de cafeína también puede provocar otros efectos, como sea el aumento de
la frecuencia cardíaca y el aumento de la presión arterial, y aún la indeseable
irritabilidad del estómago.
Consumir
estas substancias antes de irse a dormir, puede interferir con el sueño.
Y
consumir regularmente más de 500 mg de cafeína por día puede provocar problemas
de dependencia y de toxicidad.
Como
cualquier otra substancia psicoactiva, su uso debe ser adecuado a las
circunstancias de quien hace el consumo, hasta porque el consumo excesivo de
cafeína puede causar irritabilidad, contracciones musculares, palpitaciones,
insonia y confusión mental.
Hay
consumidores que solo cuando les falta la cafeína es cuando se dan cuenta de la
intensidad de su relación con esa substancia.
Cafetero con fruto maduro, cereza, en el 8 de Mayo de 2015, Lisboa.
Planta proveniente de las Azores, São Roque, Isla do Pico. Cortesía de la Drª Mercês Maciel.
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En
el grande consumidor de cafeína, se puede instalar la dependencia de cafeína y
en esa situación, su abstinencia súbita, la privación aguda, voluntaria o
involuntaria, provoca señales y síntomas bastante incómodos.
Menciono
la carta de un oyente consumidor de 35 años, que por su iniciativa,
súbitamente, un viernes, decidió reducir para mitad su habitual consumo diario
de café: en vez de los ocho tomo cuatro.
¡La
confusión fue alguna especialmente al final del día, cuando comencé a tener
dolores de cabeza y me quedé, lo asumo, imposible!
Sin
una gota de paciencia para la mujer y para mi hijo, me aparté, vi televisión,
navegué por el Facebook, en aquél momento tenía mucha ansiedad y ninguna
paciencia o calma, elevé la voz pero, al darme cuenta del ridículo, me callé.
En el día siguiente bebí cinco cafés. Estuvimos los tres en la playa, me sentía
bien pero con la consciencia pesada de talvez estar dando demasiada importancia
a esto y a arrastrarlos para mi impaciencia. Al final del día me tuve que
aislar; estoy muy sensible. Una sensación incómoda me acompaña.
Este
hombre sintió en la piel, y su familia también sintió, las consecuencias de la
reducción del consumo, hecha de forma indeseable.
Este
dependiente de cafeína estaba acostumbrado a niveles elevados.
En
estas situaciones es preferible asumir hacer una reducción gradual, por ejemplo
tomando menos un café por día pero por intervalos de una semana.
Dado
que cada persona tiene sus propias características, lo ideal es que quien desee
reducir el consumo de cafeína, hable con su médico para prevenir algún
sufrimiento desnecesario para él y para su familia.
Y
quien pueda continuar saboreando los placeres del chocolate, del té o del café,
que lo haga con buen provecho, pero siempre en la justa medida.
Este
post homenajea profesionales con quién trabajé.
Aprender
a aprender, una necesidad de nuestra sociedad.